SEGURIDAD Y SUPERVIVENCIA EN LAS EMERGENCIAS
parte II


En lo personal luego de poco mas de treinta y cinco años de abrazar esta labor cada día caigo mas en la cuenta que rapidez debe transformarse en efectividad, la experiencia me llevo a observar que nada garantiza que cuanto mas rápido es mejor.

No estimo conveniente anteponer la acción de rapidez a efectividad, o dicho de otra manera establecer como objetivo que la efectividad este respalda por una acción rápida.

La literatura consultada en ningún párrafo comenta, sugiere o indica a las velocidades que se deben hacer los trabajos.

Y cuando de velocidad se trata deseo hacer mención en este caso al manejo de los vehículos de Bomberos, algunos de ellos con más de 15 toneladas de peso, transportando una carga liquida la cual es peligrosísima como tambien una carga de enorme valor como lo es la dotación de personal.

Imaginemos una autobomba como los suele haber en todo el mundo de un porte de unas 10 toneladas con toda la carga completa disparado en las calles de una ciudad a alta velocidad con el afán de llegar “rápido” a la escena de una emergencia.

No caben dudas que se traduce en un “arma mortal” pero no para el siniestro sino para la dotación y la misma población.

En Argentina estos últimos años que pasaron dejaron un saldo trágico; de estos hechos más de cuatro accidentes graves y en particular uno muy grave, con el fallecimiento de su conductor y acompañante luego de impactar de frente contra un camión a la entrada de un parque industrial con una autobomba mediana (tipo Ford 350).

En este hecho no solo fallecieron dos grandes personas sino que quedaron “muy mal” emocional y sentimentalmente dos buenas familias.

Aquí nos encontramos con el contra del pro de una valiosa autobomba y su dotación, la rapidez no tiene un valor agregado tangible, se debe llegar al siniestro pero no a costa de la seguridad del personal e inclusive de la población.

Es un elemento que hay que medirlo y regularlo muy bien, caso contrario se nos vuelve en contra y los resultados pueden ser desastrosos, algo similar de lo que ocurre con los casos anteriores.

Debemos transformar a la rapidez en efectividad, mediante conductores defensivos, pensantes y seguros, insisto ningún libro indica que un buen conductor es aquel que conduce un vehículo de emergencia altas velocidades, si hacen mención estándares como los de NFPA de conductores seguros.

Si seguimos analizando el tema descubrimos que “aun” en la actualidad no existen cursos de formacion de conductores de vehículos de emergencia, ni locales, regionales o nacionales al menos en el caso de Argentina.

Otro caso muy particular es la entrega de licencias para estas categorías sin previa capacitacion y las comprobaciones de rigor.

Como se observara un equipo que esta pensado a favor del bien común cuando se encuentra en las manos equivocadas puede llegar a generar muy serios problemas, las sirenas y balizas destellantes nos abren paso al siniestro como un aviso preventivo en su ruta, no pueden junto con la adrenalina y lo emotivo del momento transformar la conducta del conductor.

Como quizás podrán observar existen una serie de factores que nos obligan a comprender en profundidad el manejo y conocimiento de aquellos elementos que los suponemos están de nuestro lado y sin embargo nosotros podemos llegar a generar las causas que originaron un accidente ya sea con gravedad hacia nosotros, nuestros compañeros o la gente misma.

Por tales motivos es imperioso en la capacitacion hablar tanto de los “pro” como de los “contra” que son una realidad, debemos conocer las limitaciones de nuestros equipos e inclusive de nosotros mismos, esto favorecerá los estándares de seguridad y supervivencia.

Estimados Amigos y Amigas de este maravilloso Portal de desastres.com en manos de un excelente staff profesional liderado por el Sr. José Musse, siendo este mi ultimo articulo del 2005 hago propicia la oportunidad de saludarlos a todos y sus familias afectuosamente para estas festividades de Navidad y Año Nuevo, siendo mi deseo que la comunidad de Emergencias de Hispanoamérica cada vez mas haga honores al termino “SEGURIDAD”, pongamos a la muerte en su lugar no convivamos con los accidentes, la seguridad esta en nosotros el riesgo y los peligros por todas partes.

Que Dios nuestro Señor los Bendiga

Gerardo Fabián Crespo

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